jueves, 12 de octubre de 2017

"REFLEXIONES"...ESTAS PREPARADO EN EL CASO DE QUE HOY TE PIDAN TU ALMA ??..."Muero porque no muero" (Sta. Teresa de Jesús).

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"El alma, que no muere, pues es inmortal, es juzgada en el mismo momento de ocurrir la muerte"...LA PREGUNTA ES: ¿ ESTAMOS PREPARADOS ?...
¿Qué sucede después
de la muerte?

¿Qué es el Juicio Particular?

¿Qué hay más allá de la muerte? ¿Hay vida después de esta vida? ¿Queda el hombre reducido al polvo? ¿Hay un futuro a pesar de que nuestro cuerpo esté inerte y en descomposición?

El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos recuerda el sentido de nuestra vida en la tierra y lo que nos espera después de la muerte. El hecho de que la Santísima Virgen fuera llevada en cuerpo y alma al Cielo, cuestión que es dogma de fe para el católico, es un verdadero signo de esperanza para todos.

María, que indudablemente fue adornada de gracias excepcionales por Dios Padre para servir de Madre natural a Su Hijo Jesús, es -a pesar de estos dones especiales- plena y totalmente humana como somos todos los hombres y mujeres de este mundo.

El que María sea una mujer plena y totalmente humana, unido al hecho de que Ella está en el Cielo en cuerpo y alma en forma gloriosa, nos lleva a reflexionar sobre el destino que Dios tiene preparado a todo aquél que viva de acuerdo a esta verdad que aprendimos desde el Catecismo de Primera Comunión: hemos sido creados para conocer, amar y servir a Dios en esta vida y luego gozar plenamente de Su Presencia en la eternidad.


Y ... ¿Qué es la eternidad? ¿Qué es la Vida Eterna? ¿Qué es la salvación y la condenación ... eternas? Son nada menos que las opciones que nos esperan al terminar esta vida pasajera, temporal, finita ... fugaz y muy breve (si la comparamos con la eternidad) que ahora estamos viviendo aquí en la tierra.

Explicaba el Papa Juan Pablo II en su bestseller Cruzando el Umbral de la Esperanza, que la condenación es lo opuesto a la salvación, pero que tienen en común que ambas son eternas. El peor mal es la condenación eterna: el rechazo del hombre por parte de Dios, como consecuencia del rechazo de Dios por parte del hombre.

Pero el mayor bien es la salvación eterna: la felicidad que proviene de la unión con Dios. Es el gozar de la llamada Visión Beatífica, es decir, el ver a Dios mismo "cara a cara" (1Cor. 13, 12). De esto se trata el Cielo, que es un estado, un sitio indescriptible con nuestros limitados conocimientos humanos, pero sabemos que es mucho más de lo que podemos anhelar o imaginar. Por eso dice San Pablo: "ni el ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón del humano pudo imaginar lo que Dios ha preparado para aquéllos que le aman" (1Cor. 2, 9).

El Papa Juan Pablo II insistía en tocar estos temas escatológicos, que él denominaba de las "realidades últimas". Nos decía así en una de sus Catequesis sobre escatología (11-8-99): "La vida cristiana ... exige tener la mirada fija en la meta, en las realidades últimas y, al mismo tiempo, comprometerse en las realidades 'penúltimas' ... para que la vida cristiana sea como una gran peregrinación hacia la casa del Padre".

En efecto, la vida en esta tierra es como una antesala, como una preparación, para unos más breve que para otros, tal vez más difícil o más dolorosa para algunos. Pero en realidad no fuimos creados sólo para esta antesala, sino para el Cielo, nuestra verdadera patria.

La Virgen María nos muestra, con su vida en la tierra y su Asunción al Cielo, el camino que hemos de recorrer todos nosotros total identificación de nuestra voluntad con la Voluntad de Dios en esta vida y luego el paso a la otra Vida, al Cielo que Dios Padre nos tiene preparado desde toda la eternidad. Allí estaremos en cuerpo y alma gloriosos, como está María, porque seremos resucitados, tal como Cristo resucitó y tal como El lo tiene prometido a todo el que cumpla la Voluntad del Padre (cfr. Juan 5,29 y 6,40).


¿Cómo es la muerte?

La muerte no es el fin de la vida, sino el comienzo de la Verdadera Vida. Para los que mueren en Dios, la muerte es un paso a un sitio/estado mejor ... mucho mejor que aquí. No hay que pensar en la muerte con temor. La muerte no es tropezarnos con un paredón donde se acabó todo. Es más bien el paso a través de esa pared para vislumbrar, ver y vivir algo inimaginable.
Santa Teresa de Jesús decía que esta vida terrena es como pasar una mala noche en una mala posada.

Para San Juan Crisóstomo, "la muerte es el viaje a la eternidad". Para él, la muerte es como la llegada al sitio de destino de un viajero. También hablaba de la muerte como el cambio de una mala posada, un mal cuarto de hotel (esta vida terrena) a una bellísima mansión.

"Mansión" es la palabra que usa el Señor para describirnos nuestro sitio en el Cielo. "En la Casa de mi Padre hay muchas mansiones, y voy allá a prepararles un lugar ... Volveré y los llevaré junto a mí, para que donde yo estoy, estén también ustedes" (Jn. 14, 2-3).

Es en la Liturgia de Difuntos de la Iglesia donde tal vez encontramos mejor y más claramente expresada la visión realista de la muerte. Así reza el Sacerdote Celebrante en el Prefacio de la Misa de Difuntos: La vida de los que en Tí creemos, Señor, no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el Cielo.

Por eso la muerte no tiene que ser vista como algo desagradable. ¡Es el encuentro definitivo con Dios! Los Santos (santo es todo aquél que hace la Voluntad de Dios, aunque no sea reconocido oficialmente) esperaban la muerte con alegría y la deseaban no como una forma de huir de esta vida, que sería un pecado en vez de una virtud- sino como el momento en que por fin se encontrarían con Dios. "Muero porque no muero" (Sta. Teresa de Jesús).

"Qué dulce es morir si nuestra vida ha sido buena" (San Agustín). San Agustín fue un gran pecador hasta su conversión ya bien adulto. El problema no es la muerte en sí misma, sino la forma como vivamos esta vida. Por eso no importa el tipo de muerte o el momento de la muerte, sino el estado del alma en el momento de la muerte.

¿Qué sucede después de la muerte?

¿Qué es el Juicio Particular?


Nuestro destino para toda la eternidad queda definido en el instante mismo de nuestra muerte. En ese momento nuestra alma, que es inmortal, se separa de nuestro cuerpo e inmediatamente es juzgada por Dios. Este momento se llama en Teología el Juicio Particular, y consiste en una especie de radiografía o "scaneo" espiritual instantáneo que recibe el alma por iluminación divina, mediante la cual ésta sabe exactamente el sitio/estado en que le corresponde ubicarse para la eternidad, según sus buenas y malas obras.

Es así como en el momento mismo de la muerte el alma recibe la sentencia de su destino para toda la eternidad. Al decir, entonces, que alguien ha muerto, podría también afirmarse que ese alguien también ha sido juzgado por Dios (cfr. Antonio Royo Marín, Teología de la Salvación).

Por ello ante la pregunta de si conviene esperar el momento de la muerte para prepararnos para la vida eterna, la respuesta parece muy simple: No, no es conveniente, pues no sabemos ni el día, ni la hora, ni el lugar, ni las condiciones de nuestra muerte. Y es mucho, es demasiado, lo que nos estamos jugando en ese instante: nada menos que nuestro destino para siempre, para una vida que nunca tendrá fin.

¿Hay Vida después de la vida?

Sí hay Vida después de la vida. Y la muerte no es el fin de la vida, sino el comienzo de la Verdadera Vida.

El Papa Juan Pablo II nos recordaba en una de sus Catequesis sobre la vida y la muerte las palabras de Jesús: "Yo soy la Resurrección y la Vida" (Jn. 11, 25). Y nos decía que "en El, gracias al misterio de su muerte y resurrección, se cumple la promesa divina del don de la Vida Eterna, que implica la victoria total sobre la muerte. 'Llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, pero los que obraron mal resucitarán para la condenación' (Jn. 5, 28-29). 'Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en El, tenga Vida Eterna y que Yo le resucite el último día'" Jn. 6, 40).

Y nos decía el Papa Juan Pablo II que no debemos pensar que la vida más allá de la muerte comienza sólo con la resurrección final, pues ésta se halla precedida por la condición especial en que se encuentra, desde el momento de la muerte física, cada ser humano. Se trata de una fase intermedia, en la que a la descomposición del cuerpo corresponde "la supervivencia y la subsistencia, después de la muerte, de un elemento espiritual, que está dotado de conciencia y de voluntad, de manera que subsiste el mismo 'yo' humano, aunque mientras tanto le falte el complemento de su cuerpo" (JP II, 28-10-98).

¿Qué opciones tenemos para la Eternidad?

Dice el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica: "Cada hombre después de morir recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular, bien a través de una purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del Cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre" (#1022).

Aquí nos habla la enseñanza de la Iglesia de las opciones que tenemos para la eternidad: Cielo, Purgatorio o Infierno. De estas tres opciones la única que no es eterna es el Purgatorio, pues las almas que allí van pasan posteriormente al Cielo.

¿Qué es el Cielo?

Es un estado y un lugar de felicidad completa y eterna donde van las almas que han obrado conforme a la Voluntad de Dios en la tierra y que mueren en estado de gracia y amistad con Dios y perfectamente purificadas.

¿Qué es el Purgatorio?

Es un estado y un lugar de purificación donde van las almas que han obrado bien, pero que aún deben ser purificadas de las consecuencias de sus pecados antes de entrar a la visión de Dios en el Cielo.

¿Qué es el Infierno?

Es un estado y un lugar de castigo eterno donde van las almas que se han rebelado contra Dios y mueren en esa actitud.

¿A dónde quieres ir tú?....................................

Espíritu, Alma y Cuerpo

Algunas partes de las Escrituras han sido objeto de varios malos entendidos, así como aquellos que se refieren a la caída de Adán y Eva. Desafortunadamente el malentendido de este pasaje ha causado confusión sin fin y muchos más malos entendidos en otras áreas de la Biblia también. Sin duda, si no entendemos claramente lo que pasó en Génesis 1-3, entonces no entenderemos bien lo que Jesucristo llevó a cabo como salvador. De verdad, ¿para qué necesitaríamos un salvador? ¿Qué fue lo que Jesucristo restauró? Muchos de nosotros sabemos que Jesucristo nos redimió por lo que Adán hizo. Pero, ¿sabemos exactamente lo que sucedió cuando Adán hizo lo que hizo? También, hoy sabemos que después de creer en Jesucristo, obtenemos el Espíritu Santo. Pero, ¿porqué necesitamos al Espíritu Santo y porqué no estaba disponible sino hasta el día de Pentecostés?. Para contestar ésta y muchas otras preguntas, es más que necesario tener un claro entendimiento de lo que dicen los primeros 3 capítulos de Génesis. Es por eso que lo que vamos a ver en este artículo lo considero sumamente importante y te pido tu atención.
1. “el día que de él comieres, ciertamente morirás”

Para empezar a abordar nuestro tema, vamos al primer libro de la Biblia, Génesis. Ahí, Después de que Dios hizo al hombre, le impuso una restricción y también le advirtió de un castigo, en caso de que esa restricción fuera violada. Entonces leemos:

Génesis 2:16-17
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porqueel día que de él comieres, ciertamente morirás.”

La restricción que Dios impuso a Adán era que no le era permitido comer del árbol del conocimiento del bien y del mal1. El castigo, en caso de que la restricción fuera violada era que “el día (pon atención, ese mero día) que de él comieres, ciertamente morirás”. Hay dos cosas muy importantes que deben observarse en el castigo. Lo primero era que si Adán comía del árbol se moriría inmediatamente, en ese mero día. Lo segundo, es que eso pasaría ciertamente. La frase “CIERTAMENTE morirás” tiene exactamente el propósito de enfatizar el hecho de que era 100% seguro que morirían en ese día.

Ahora, vamos al capítulo 3 de Génesis para ver si Adán y Eva guardaron lo que Dios les dijo:

Génesis 3:1-6
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y COMIÓ; y dio también a su marido, el cual COMIÓ así como ella.”

Este pasaje describe cómo la serpiente, la cual es otro nombre para Satanás2 engañó a Eva. Ya hemos visto  que Satanás consiguió lo que se proponía, porque Eva no conocía la Palabra de Dios con exactitud y de igual modo no la obedecía. El conocimiento exacto de la Palabra de Dios y el obedecerla es lo que le da terribles dolores de cabeza a Satanás. Así que, finalmente Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal. Habiendo hecho esto, de acuerdo a lo que la Palabra de Dios dice, debieron haber muerto en aquel momento. El problema aquí es que Génesis 5:5-6 dice:

Génesis 5:5-6
“Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.”

Por lo cual, de acuerdo a la Biblia, Adán después de que comió del árbol del conocimiento del bien y del mal continuó vivo en el cuerpo muchísimos años. Por otro lado, Dios había dicho que si comía de ese árbol ese día ciertamente moriría. A primera vista, aquí hay un problema con lo que finalmente le pasó ese día a Adán y a Eva cuando comieron del árbol ¿murieron así como Dios había dicho? ¿o no murieron? ¿ Quién nos va a resolver el “problema”? ¿Acaso ideas de hombre, teorías, religión y/o tradición? ¡No! Solo una puede responder a esas preguntas y no es nada más y nada menos que la Palabra de Dios. Y si quieres que esta Palabra te de respuestas, tienes que dejarla hablar por sí misma (interpretándose a sí misma).

En nuestro caso, como Dios no puede mentir (Números 23:19) en el día en que Adán y Eva comieron del árbol realmente murieron. En realidad, el diablo fue el que dijo, cuando engañó a Eva, “No morirás”. Así que, si no murieron aquel día, como Dios dijo, entonces satanás tenia razón y Dios estaba equivocado, lo cual es simplemente imposible. Sin embargo, eso es exactamente lo que muchos enseñan hoy en día cuando dicen: “de hecho, cuando Dios dijo que ciertamente morirían lo que quiso decir es que la semilla de la muerte sería plantada” La Palabra de Dios no necesita tal defensa. En realidad, no necesita para nada defensa alguna porque es verdad y la verdad se sostiene por sí misma. Lo que la Palabra necesita es ser correctamente dividida y ser proclamada con valor. Volviendo a nuestro tema: PUESTO QUE DIOS DIJO QUE CIERTAMENTE MORIRIAN EN ESE MERO DIA; ABSOLUTAMENTE MURIERON AQUEL DIA. Sin embargo, como continuaron viviendo en sus cuerpos, aún cuando habían comido del árbol del conocimiento del bien y del mal, es en sí evidente que debieron haber tenido otra forma de vida, además de la vida del cuerpo, que se perdió el día que comieron y por esa razón fueron muertos (ausencia de alguna forma de vida). Por eso, tenemos que buscar en las Escrituras para ver cómo fue creado el hombre y cuales eran las partes de su ser. El conocer lo que componía la vida del primer hombre nos permitirá ver lo que se perdió aquel día.
2. “Pues polvo eres”

Para empezar nuestra búsqueda en cuanto al primer hombre vayamos a Génesis 2:7, que dice:

Génesis 2:7
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra….”

¿Qué parte del cuerpo del hombre Dios formó del polvo de la tierra? Su cuerpo. Es por eso, que los elementos del cuerpo humano se pueden encontrar en la tierra. Así que, una parte del primer ser humano era cuerpo. Pero continuemos:

Génesis 2:7
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un alma (alma = nephesh en Hebreo) viviente.” (Reina-Valera 1960, Reina-Valera Antigua)

Vimos que Dios formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. Sin embargo, ese cuerpo no tenía vida. Solo estaba formado, sin vida. Entonces, la Palabra de Dios nos dice que Dios “sopló aliento de vida, y fue el hombre un alma viviente” Entonces, ¿qué es el alma? El alma es lo que da vida al cuerpo. El hecho de que la gente no entienda, las simples verdades que la Palabra de Dios describe ha causado confusión sin fin. Aquí, la Palabra de Dios nos dice que el alma es lo que da vida al cuerpo, Sin alma, el cuerpo está muerto. ¿Dónde está el alma, lo que da vida al cuerpo, la vida de la carne? La Palabra de Dios de nuevo es muy precisa:

Levítico 17:11, 13-14
“Porque la vida (nephesh en Hebreo) de la carne en la sangre está… Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. Porque la vida (nephesh en Hebreo) de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida (nephesh en Hebreo) de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.”

Vimos en Génesis 2:7 que el alma (nephesh) es lo que da la vida al cuerpo. Aquí en Levítico vemos que “la vida de la carne en la sangre está”. En el pasaje anterior, la palabra vida es una traducción de la palabra hebrea “nephesh” que se traduce como alma en Génesis 2:7 así como también 471 veces más de 753 que aparecen en la Biblia. Entonces, ¿qué es “nephesh” o alma? De acuerdo con Génesis 2:7 alma es lo que da la vida al cuerpo. ¿Dónde esta la “nephesh”, la vida del cuerpo, el alma? De acuerdo con Levítico 12:11-14 está en la sangre: “la vida de la carne en la sangre está” ¿Cómo pasa la vida del alma de generación en generación? A través de la sangre. Es por eso que Hechos 17:26 dice:

Hechos 17:26
“Y de UNA SANGRE ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra;”

La “una sangre” a la que el pasaje se refiere es a la sangre de Adán, la cual pasa de generación en generación y la que de hecho todos nosotros tenemos. En realidad, el alma no es algo que solo el humano tiene; los animales también tienen alma puesto que ésta está en la sangre. Aunque esto del pasaje anterior de Levítico se entiende inmediatamente comoquiera vamos a verlo también en Génesis 1:20-21, 29-30 donde se nos dice que la vida de toda carne está en la sangre:

Génesis 1:20-21
“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes (nephesh, alma), y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente (nephesh, alma) que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.”

Génesis 1:29-30
“Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida (nephesh, alma), toda planta verde les será para comer. Y fue así.”

Así que, no solo el hombre sino también los animales tienen “nephesh” o sea “alma”. Esto no es para nada extraño, si entendemos que el alma es lo que da la vida al cuerpo, cuando mueres ya no hay vida, ya no hay alma; lo mismo pasa con los animales, el alma es para ellos así como lo es para el hombre, osea lo que da la vida al cuerpo. Aunque no hay problema respecto a lo que la Biblia define como “alma”, sí lo hay cuando vamos a la Biblia con la idea preconcebida de que el alma es “inmortal”. Si el alma fuera inmortal, entonces la vida de algunos animales sería inmortal también, puesto que tienen “nephesh” así como el hombre también tiene “nephesh”. El alma no es algo inmortal, solo da vida al cuerpo. Cuando el cuerpo deja de tener vida, también deja de tener alma.

Hasta ahora, hemos visto que la Biblia enseña que Dios formó al hombre del polvo de la tierra y que a ese cuerpo le dio vida, osea, alma. Lo mismo aplica para los animales, también tienen cuerpo y alma. Por la cual, se podría concluir que Adán murió a las 930 años, cuando comió del árbol del conocimiento del bien y del mal obviamente no perdió ni su alma ni su cuerpo. Así que como algo tenía que morir en Adán aquel día, originalmente tuvo que haber dejado por lo menos una parte más, la cual se perdió, murió, al comer del fruto. Entonces, continuemos nuestra búsqueda en las Escrituras para ver lo que dice al respecto.
3. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”

Para continuar nuestra investigación vayamos a Génesis 1:26-27, donde dice:

Génesis 1:26-27
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;…. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

De acuerdo a este pasaje, Dios creó al hombre “a Su propia imagen”. Aquí hay un punto muy crítico, un punto clave, si queremos entender no solamente lo que les pasó a Adán y Eva ese día cuando comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, también tenemos que ver otros pasajes de la Biblia donde lo que se dice al respecto tiene un impacto importante. Al leer el pasaje anterior, la pregunta que se tiene que hacer es ¿cual es la imagen de Dios? ¿Cómo se ve? Juan 4:24 dice:

Juan 4:24
“Dios es Espíritu”

Dios no es carne, sino Espíritu, esa es Su imagen. Por lo tanto, cuando la Palabra de Dios nos dice que Dios creó al hombre de acuerdo a Su imagen, quiere decir que además del cuerpo y el alma el hombre también tuvo lo que representa la imagen de Dios, osea espíritu. Para entender mejor el uso de la frase “a su imagen” en el pasaje anterior, veamos otro lugar donde esta frase aparece:

Génesis 5:1-3
“Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.”

Este pasaje dice que Adán engendró un hijo “ a su imagen, conforme a su semejanza” ¿Qué significa eso? Quiere decir que así como Adán era, su hijo también, o sea que como Adán tenía manos igual tenía Set, así como Adán tenía pies del mismo modo Set también. Así como Adán era alma y cuerpo Set también era alma y cuerpo. Igualmente, cuando la Palabra dice que Dios creó al hombre “a Su imagen”, “a Su semejanza”, lo que quiere decir es que Dios es, como Adán era. Dios no es carne, no tiene pies, manos, cabeza, es Espíritu. Así que como Dios es Espíritu Adán también lo es. Uno podría preguntar, ¿porqué Dios hizo a Adán espíritu aparte de cuerpo y alma? Por la simple razón de que sin espíritu Adán no se podría comunicar con Dios, quien es Espíritu. Dios, siendo espíritu no se puede comunicar con el alma ni el cuerpo, son cosas diferentes. Mira, no puedes recibir los mensajes de una estación de radio a menos que tengas un radio; puede que tengas una lavadora de ropa, pero el hecho de que tengas una lavadora no te posibilita para que recibas la señal de la radio. Necesitas tener un radio. Igualmente Dios es Espíritu y para comunicarse con Él tienes que tener un espíritu. El alma y el cuerpo son suficientes para las cosas que competen a los cinco sentidos. Pero cuando se trata de las cosas de Dios, lo que necesitas es un espíritu. Esta verdad también se explica en 1 de Corintios 2:14:

1 Corintios 2:14
“Pero el hombre natural (psuchikos in Griego) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”

En este pasaje, la palabra traducida como “natural” es el adjetivo griego “ψυχικός” (psuchikos), que a su vez viene del pronombre “ψυχή” (psuchi) que significa alma. Entonces, psuchikos significa “un hombre de alma” o sea un hombre con cuerpo y alma solamente. De acuerdo con aquel pasaje un hombre que solo es cuerpo y alma “no recibe las cosas del espíritu de Dios”. Como se dijo anteriormente, para recibir “las cosas del espíritu de Dios”, para comunicarse con Dios, necesitas del receptor adecuado, o sea un espíritu. Por eso el pasaje dice: “no percibe (el hombre de alma y cuerpo) las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. Para el hombre de alma y cuerpo le es imposible conocer las cosas de Dios por la simple razón de que tales cosas tienen que ver con el espíritu, “se han de discernir espiritualmente”, y puesto que no tiene espíritu no las puede saber. Resumiendo todo lo anterior, Adán tenía cuerpo, formado del polvo de la tierra, alma que da la vida al cuerpo y un espíritu para comunicarse con Dios. Era cuerpo, alma y espíritu. Habiendo establecido esto, no queda duda de lo que sucedió el día en que Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios les había dicho que el día que de él comieran, ciertamente morirían. Teniendo en mente que muerte significa la abstinencia de alguna forma de vida, no podemos ver a simple vista lo que murió ese día. Adán era cuerpo, alma y espíritu y su cuerpo murió muchos años después que comió del árbol. Por otro lado, puesto que Dios siempre tiene la razón en lo que dice, algo tuvo que haber muerto aquel día. Entonces, Adán era cuerpo, alma y espíritu antes de que comiera y puesto que como ya vimos, siguió teniendo cuerpo y alma después de haber comido, lo que se perdió aquel día fue el espíritu que Dios le había dado. Seguía teniendo cuerpo y alma pero no tenía espíritu. El espíritu partió de él y eso fue la muerte para él, puesto que espíritu, una forma de vida que tenía antes de que comiera, ya no estaba ahí.

Ves como la Biblia establece tan claramente cuando la dejas interpretarse a sí misma. Es precisamente esa pérdida de espíritu lo que se restauró el día de Pentecostés, donde el Espíritu Santo se hizo disponible para nosotros, así que hoy después de creer en Jesucristo eres de nuevo alma, cuerpo y espíritu. Sin embargo, esto mismo así como otros puntos muy interesantes serán examinados en otro tema.


Versión Bíblica: Reina-Valera 1960




Notas al pie

1. Al momento de leer este pasaje, la tradición ha hecho pensar a muchos de nosotros en una manzana. Bueno, la Biblia no menciona ninguna manzana, ¿o sí? Lo que dice es: “del árbol de la ciencia del bien y del mal” Por lo cual, a lo que llaman “manzana” es solo un invento humano.

2. Así como en el caso de la “manzana” la tradición nos ha hecho creer aquí sobre una serpiente que habla. Sin embargo, la Biblia explica lo que quiere decir cuando dice “serpiente”. Entonces, Apocalipsis 20:1-2 nos dice:Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, LA SERPIENTE ANTIGUA, QUE ES EL DIABLO Y SATANÁS, y lo ató por mil años;” ¿Queda más claro que a la “serpiente” que Génesis 3 se refiere es el diablo?

3. La misma palabra, psuchicos (hombre de alma, un hombre con alma y cuerpo) también se usa en 1 Corintios 15:44, 46, Santiago 3:15 y Judas 19.

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